martes, 27 de noviembre de 2012

El catalán:
En términos de producción literaria, el catalán es la lengua minoritaria más importante de toda Europa occidental. Los primeros testimonios escritos datan del siglo XII, en el marco de la poesía trovadoresca que desarrolló en común con el provenzal, la lengua vecina del sur de Francia.

El gallego:
La lengua gallega se formó en la zona comprendida entre el norte y el sur del Río Miño. En el siglo XII la zona del norte fue otorgada a doña Urraca por su padre, Alfonso VI de Castilla y León, quien asignó la zona del sur, desde el Miño hasta el Tajo, a su otra hija, doña Teresa. La extrema rivalidad entre ambas ocasionó la posterior independencia de Portugal y la frontera entre los dos reinos favoreció la progresiva escisión del gallego-portugués en dos lenguas distintas a partir del siglo XV. Durante el siglo XIII, el gallego-portugués, fue la lengua de la poesía junto con el provenzal. Por esta razón, Alfonso X, que propició un impulso definitivo de la lengua castellana, escribió sus composiciones poéticas en gallego-portugués por ser este idioma el de mayor prestigio para la composición en verso. Tras esta época de esplendor sufrió siglos de decadencia, aunque no se dejó de hablar, y resurgió en el siglo XIX con los escritores románticos.

El euskera:
En primer lugar, su origen es incierto, algunas teorías proponen un parentesco con las lenguas caucásicas que se hablan entre Rusia y Turquía, otras estudian su relación con algunas lenguas africanas, ninguna de las dos teorías puede basarse en pruebas aceptables y el origen de este idioma sigue constituyendo un enigma.

El balear:
pertenece a los dialectos orientales del catalán y se habla en las islas Baleares. Comprende por ejemplo el subdialecto mallorquín.


Dialectos del castellano:
Andaluz
Extremeño
Murciano
Riojano
Canario
Español de América
Asturiano
Navarro-aragones


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